Maqueta de "El Conquistador"
El Conquistador, el tercero con este nombre, es un importante buque de vela de tres mástiles por su longevidad: 58 años de buenos y leales servicios, contra dos décadas, excepcionalmente tres, para sus congéneres. Participó en todos los grandes combates de la segunda mitad del siglo XVIII. Botado en Tolón en 1746; un año más tarde, se unirá a la flota del Ponant en Brest. En 1773, casi 30 años después, navegará hacia Burdeos, donde se quedará tres años. El Puerto de la Luna no es un puerto militar, pero en período de conflictos, los navíos de guerra protegen el comercio marítimo.
La verdadera aventura guerrera del Conquistador empezará después de su estancia bordelesa. En 1778, Luís XVI decide ayudar a los “Insurgentes de América”. El Conquistador participará en un primer combate victorioso en alta mar en Ouessant que marcará el renacimiento de la marina francesa. En 1780, con una escuadra de nueve navíos apoyará a Lafayette en las costas americanas. Se hará ilustre en diversos combates en las Bermudas, en la bahía de Chesapeake y en las Antillas, donde conocerá la gloria y la derrota. En 1782, de vuelta al viejo mundo, escoltará una importante flota de productos coloniales. Llegará a Tolón, donde reparará sus múltiples averías. Se quedará durante el período revolucionario antes de rearmarse para salir rápidamente en 1798 : forma parte de “la expedición de Egipto” para la que Bonaparte embarca 40.000 hombres en 280 navíos. Imprudentemente fondeado con doce otros barcos, cuatro fragatas, tres galeones y dos bergantines en la bahía de Aboukir para avituallarse, se verá sorprendido por la flota de Nelson, hecho que se saldará por un enorme desastre : 1.700 muertos, 3.000 prisioneros del lado francés, sin contar a los heridos, contra 218 muertos del lado inglés. Escoltado por sus vencedores, se encaminará hacia Inglaterra donde finalizará su vida, probablemente transformado en pontón (prisión flotante).
Según el especialista en arquitectura naval Jean Boudriot, el Conquistador es un modelo de la destreza de los artesanos del siglo XVIII. Es un buque de línea de 74 cañones repartidos en dos puentes (es decir dos baterías de cañones superpuestos) que pueden transportar 650 hombres. En el combate, estos buques navegan según una organización en línea, de donde vendría su nombre. Por norma general, las dos primeras filas de la línea son para atacar a los navíos de tres puentes (120 cañones habitualmente), las tres filas siguientes para los navíos de dos puentes, y una última fila para los navíos de un solo puente. La colisión se produce, por tanto, en líneas paralelas y la táctica principal consiste en cortar la línea del adversario para aislar a sus barcos. Esta organización evolucionó a lo largo del tiempo y, en el curso del siglo XVIII, los barcos de tres puentes se sustituyeron por barcos de dos puentes y 74 cañones, destacando el Conquistador como uno de los ejemplos más notables.
El Conquistador era un buque impresionante y su maqueta de 1/36 así lo demuestra: 1,63 m. de largo por 1,05 m. de ancho y una altura de 1,75 m. con todas las velas desplegadas, lo que permite visualizar todos los detalles de la construcción y de la decoración. A menudo, los maestros carpinteros realizaban los modelos antes de empezar con la construcción del barco en el astillero, para presentarlo a los comanditarios poco familiarizados con la lectura de los planos. No obstante, esta maqueta es posterior a la construcción del navío. Se realizó probablemente en 1770 es un aproximación simplificada, ya que este modelo solo cuenta con 64 cañones. Pertenecía como muchas otras a un ingeniero técnico naval que la donó a la ciudad de Burdeos en 1911, lo que permitió constituir el primer museo naval instalado en el museo de Carreire (colecciones de armas y de objetos antiguos).