Exvoto de la tripulación del navío Eliza de Bordeaux
Este exvoto es un testimonio conmovedor de la piedad y fervor religioso que profesaban las gentes del mar. En realidad se trata de un ofrecimiento a la Virgen María de la tripulación del navío Eliza de Bordeaux en agradecimiento a un naufragio evitado. Existen documentos escritos conservados en los archivos municipales de Burdeos que demuestran que el navío Eliza existió realmente.
La pintura, de factura ingenua, adopta la composición habitual de los exvotos pintados. Posee tres registros. El motivo principal muestra el suceso que ha dado lugar al deseo de ofrecimiento: vemos el navío Eliza de Bordeaux zozobrar en mitad de un mar encrespado cerca del Cabo de Buena Esperanza. La embarcación está, como indica la inscripción votiva inferior, “huyendo a tela seca” (es decir, sin las velas izadas). Por encima de los furiosos elementos, arriba a la izquierda, se representa en una nube de luz al intercesor celeste: la Virgen María apoya sobre sus rodillas al niño Jesús; portadora de esperanza, la Virgen vela por la tripulación y recibe las oraciones de los hombres en los momentos de peligro. Abajo, la inscripción votiva relata con precisión y con preocupación de veracidad los detalles de la aventura. Proporciona también información sobre el nombre del navío, la tripulación, el armador y el capitán, el lugar, el origen, la fecha y la posición exacta (en latitud y longitud) del barco durante la tempestad.
En esta región bordelesa, que era zona de marineros en el siglo XIX, muchas iglesias y capillas albergaban exvotos consagrados a naufragios y aventuras en el mar. En Gironda, la capilla de Verdelais, lugar de devoción mariana, los conserva aún.