Estatua del Emperador Claudio
Esta estatua representaría al Emperador Claudio, reconocible no por su cabeza, que, añadida, desapareció, sino por las circunstancias de su descubrimiento y el drapeado de su toga, cuyo volumen y los pliegues, extremadamente bien reflejados, presentan características que contribuyen a datar a la estatua más bien hacia principios del siglo I, que màs tarde. Jefe religioso desde hace un año (Pontifex Maximus: gran Pontífice en 41), este año (en 42) es Padre de la Patria (Pater Patriae).
El contexto del lugar de su descubrimiento en 1594 dejó suponer durante mucho tiempo, según los escritos de la época, que la estatua decoraba las grandes termas públicas, hecho que no es probable durante esta época. Esta estatua constituye uno de los primeros vestigios antiguos conservados por el Ayuntamiento de Burdeos junto con el altar de Bituriges Vivisques, la estatua de Drusus (sobrino de Claudio) y una estatua femenina hoy desaparecida (llamada “Mesalina”, por su belleza, en realidad Faustina la Joven). También por la presión de conocedores visionarios de la ciudad, los jurados decidieron exponerlas un lugar destacado en el Ayuntamiento, en un nicho preparado para la ocasión. Es aquí que han sido vistos por los grandes “Anticuarios” de Europa y que Van der Hem los dibujó en 1648 para el Atlas Blaue.