3. Una ciudad en expansión

Una ciudad en expansión

La transformación de Burdeos

1. Como consecuencia de este auge económico, se realizaron importantes obras urbanísticas en Burdeos: apertura de avenidas y creación de bulevares periféricos.

La arquitectura refleja el apego existente a los cánones del clasicismo, si bien pueden apreciarse la aparición del eclecticismo y más tarde del Art Nouveau.

2. A la aristocracia terrateniente, que poseía palacetes en la ciudad, se unió la gran burguesía económica, las profesiones liberales y los altos funcionarios, que habitaban lujosas residencias. Estos se reunían a menudo en círculos sociales como el Club Bordelais, el New Club o la Union Club.

3. La demanda de estas categorías sociales dinamizó la producción artesana bordelesa. Además de la piedra, la madera y el hierro, la porcelana bordelesa vivió su época de esplendor, al igual que el arte de las vidrieras, impulsado por la renovación de la fe y el interés por las artes aplicadas. Las vidrieras de decoración civil se producían en grandes cantidades y tuvieron una difusión internacional.

 4. Burdeos asistiría enseguida al nacimiento de una gran diversidad social en la que las clases estaban muy compartimentadas. Las calles de la ciudad, donde se codeaban mercaderes ambulantes, cargadores y artesanos, estaban en plena ebullición. La población obrera era numerosa debido a las instalaciones portuarias y la diversificación de las industrias, que atraían a inmigrantes procedentes del gran suroeste francés y España. La gran cantidad de personal doméstico reflejaba el acomodamiento de la burguesía local.

 5. Desde los bailes de gremio hasta las óperas del Grand Théâtre, pasando por los conciertos-café y los music-hall… todas estas prácticas culturales marcan la pertenencia a una determinada clase social, al igual que las estancias en la Bahía de Arcachon o la diversificación de las actividades deportivas, desde las más populares, como el rugby, el ciclismo y el fútbol, hasta las más distinguidas, como la hípica, la navegación de recreo, el tenis, el golf o las carreras de coches.

6. Al término de la Revolución, el catolicismo experimentaría un gran impulso marcado por ciertos cardinales y obispos. Se restauró el patrimonio religioso y se edificaron nuevas iglesias. El patronato y los sindicatos sociales regulaban la vida social. Por otro lado, más discreta, pero igualmente presente, fue la influencia de protestantes e israelitas en la vida económica y social. La laicización acabó por hacerse realidad y la ley de la separación de la Iglesia y del Estado generó violentos conflictos.

Los visitantes acaban su visita atravesando un muro de imágenes en el que se rememoran las guerras mundiales (Burdeos, por tres veces capital de tragedia) y los eventos del s. XX, a los que se dedicará un nuevo espacio, previsto para 2016.