Epoca moderna
Las nuevas salas permanentes abiertas en 2009 se organizan en cuatro espacios de escenografía diferenciada.
El primer espacio pone de manifiesto el rol de la ciudad de Burdeos en el siglo XVIII en Francia. La reconstitución museográfica de una fachada bordelesa que sirvió de soporte estético a los vestigios de la estatua ecuestre de Luís XV constituye un homenaje a las transformaciones urbanas emprendidas durante esta próspera época.
Fuente de esta prosperidad, el segundo espacio se interesa a los tipos y a los retos del comercio marítimo de Burdeos, materializado por una imponente colección de objetos de navegación y de maquetas de buques. Si este comercio se debilita en particular por la práctica del comercio directo con las Antillas, la acentuación del comercio triangular a finales de siglo, posiciona Burdeos en segundo rango de los puertos negreros de Francia. Las modalidades de la trata de cautivos ante comerciantes africanos se explicitan aquí, rompiendo de paso numerosos prejuicios. Las tragedias de los autóctonos diezmados así como los desastres, resultado de las guerras coloniales no se olvidan.
La organización del sistema esclavista en las islas de azúcar se destaca en el tercer espacio. Los documentos ponen de manifiesto aquí las condiciones de vida y relaciones sociales que existen en las plantaciones. Se evoca la venta de esclavos, los abusos corporales, el infanticidio, la organización del trabajo, la mortalidad, la emancipación, cimarrones y las revueltas.
Finalmente, el último espacio que relata los combates por la abolición, llevados de una punta a la otra del océano, se interesa a las consecuencias de la esclavitud en nuestra sociedad, preguntándose sobre las herencias políticas, sociales y culturales nacidas de esta historia.